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Tanto los partidos “ordinarios” como los propios derbis eran plenamente asequibles para cualquier bolsillo de clase trabajadora, cualquier padre o madre de familia de una barriada normal, se podÃa perfectamente permitir el acudir a una grada de primera división por precios que rondaban entre las mil y las cinco mil pesetas (6 y 30 euros, respectivamente para quienes ya se hayan “criado” con el maldito euro); los jugadores generalmente se identificaban y no ninguneaban a la afición, de hecho era muy común las subidas eufóricas a las vallas en “comunión” con la afición, como manera de celebrar un buen gol…Tiempo, la verdad que no muy lejano después, el fútbol va siendo progresivamente monopolizado por especuladores empresariales a quienes los clubs que comenzaban a gestionar les importaban una mierda, a partir de ahà se empezaban a cotizar derechos televisivos pensando en abrirse a un público más internacional, y, adiós a quien no podÃa acercarse al estadio y pudiese ver, por ejemplo, el derbi madrileño retransmitido por la cadena autonómica que eso ya se le acababa pasando a ser partidos bajo tarifa; los abonos y las entradas triplicaban esos precios tan accesibles que hasta ahora lo habÃan hecho y el aficionado se veÃa despojado de tal condición y pasaba a sentirse como un sucio cliente pasando por caja y además, ateniéndose a serias obligaciones más que a derechos ; paralelamente un presunto “comité antiviolencia”, una panda de vividores, creados mucho tiempo atrás aprovechando la lamentable muerte de un chaval en el estadio de Sarriá a causa del impacto de un cohete marÃtimo, recrudecÃa sus medidas represivas y una simple pelea a puñetazos podÃa costar, a cada implicado, 3.000 euros de media, prácticamente hipotecándote por algo que en un pub de moda era tan habitual. Los tifos, las banderas, estandartes…con los que desde los fondos se potenciaba el apoyo a sus colores también estaban en el punto de mira absurdo de estos vividores con las burdas excusas de ser materiales potencialmente inflamables o que tapaban publicidad: los jugadores, los futbolistas que hacÃan compadreo con sus hinchadas iban quedando en el seno de sus equipos como un “fetiche” o algo exótico y se iba dando paso a la llegada de jóvenes multimillonarios a los que les importaba un carajo la historia, identidad o los valores del club a los que llegaban; la afición ,la poca afición en su concepto de esencia que quedaba, iba cayendo en el error de idolatrar a algunos de estos chavales, a lucir camisetas con el nombre de estos a la espalda…y luego, cuando el jugador veÃa ante sus narices la posibilidad de un cambio…mucha más pasta, un chalet de lujo que podÃa “convertirse” en mansión, coches más lujosos, caprichos…venÃan los lamentos, los lloros, los abucheos ty el llamarlos “mercenarios” y poco menos que “traidores”.
De esos tÃos que saltaban a encaramarse a las vallas de sus hinchas, de aquellos que bajaban del autobús y firmaban autógrafos, se pasó a los niñatos pijos superfluos y que van camino al estadio con sus cascos de música puestos y desoyendo a quienes ingenuamente les alaban…¿El fútbol ha muerto? Esta siempre puede ser una apreciación subjetiva; en manos de todos y todas está el renacimiento del fútbol, es mucha la gente que está apostando por la regeneración y ya con las manos a la obra en la cuestión, puedo citar a mogollón de ejemplos en un contexto tanto estatal como internacional pero no me quiero dejar algunos, pero son ya muchos los equipos que están “resurgiendo” a manos de hinchas y siendo “propiedad” de sus hinchas, al final me lio a citar y lo hago, tenemos por ejemplo al Club Deportivo Independiente de Vallecas, en donde son sus aficionados incluso quienes diseñan el material del equipo, como por ejemplo una bufanda en esta misma temporada, y en donde aceptan los “sponsors” pero no a cualquier precio, entre otros tipos de perversión económica están vetadas las casas de apuestas, según sus estatutos. Otros de los ejemplos más conocidos son el Ceares, el CD Cuenca-Mestallistes, orÃgen del CD Mestalla, filial histórico del Valencia CF, el Unionistas de Salamanca CF, que tanto está dando que hablar esta temporada, o Atlético Club de Socios, conformado por seguidores del Atlético de Madrid. Muy curioso, a mi juicio y haciendo un relativo paralelismo con lo descrito en el contexto estatal, es el caso del FC United Of Manchester, un Club de fútbol formado única y exclusivamente por fanáticos del Manchester United que han “abandonado” la deriva de negocio del que siempre ha sido el club de sus amores, pero se han marchado llevando su amor por el Manchester United en su esencia, y dotándole de una forma propia, reconduciendo un sentimiento unificado a un no “nuevo” Manchester United, sino al mismo United que nunca debió dejar de ser. También, creo que es el ejemplo más conocido por todos y todas, está el Clapton, especialmente reconocidos y que gozan de enorme simpatÃa en el estado español por aquello de cuando sacaron unas e

Este tipo de fútbol, a su vez, “regenera” al aficionado, o mejor dicho, también conserva al auténtico aficionado, pues generalmente en las multinacionales SAD (Sociedad Anónima Deportiva) el “seguidor” ya asume perfectamente su condición de cliente, mide el “amor” a su equipo en función de el elevado precio de una entrada, o se jacta de la “titulitis” de vitrina lo cual le es de mayor incumbencia que la historia y rasgos identitarios que le son algo meramente secundario.
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Existen otros clubs de fútbol en los que sus juveniles, cadetes, alevines… son meramente utilizados por sus familiares como “trampolÃn” a otros equipos o con la esperanza de “caer bien” a un ojeador con ojo avizor.
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Que existan “románticos” no significa que existan “melancólicos”, pero otro fútbol no es posible, es posible el viejo fútbol, el de nuestros padres y abuelos, el que conocimos desde pequeños, el que nos enamoró, ese fútbol que de vez cuando asoma propinando buenos bofetones de realidad como se da en esos emparejamientos de copa tan antagónicos que resultan tan “accidentados” para quienes soberbiamente ya se veÃan adelantados antes de tiempo; ese fútbol nuestro, popular, el de verdad y no un engendro de laboratorio creado por una multinacional.
Muy bueno el artÃculo! Estoy de acuerdo, ahora el fútbol se ha convertido en un puro negocio, por suerte y desgracia, el coronavirus va a afectar mucho en lo económico y posiblemente tengan que aflojar el derroche en sueldos. Quizás se tenga que jugar más con chavales de cantera y menos cracks millonarios.
Un saludo!