Dentro del fastuoso, y a veces recóndito e incluso trágico —sobre todo, cuando las drogas hicieron acto de presencia—, mundo del Northern Soul, siempre ha habido un tema que me ha fascinado, el cover up.
Pero antes de ahondar en este fenómeno, vamos a ponernos en situación…
El Northern Soul fue un movimiento musical y de baile que surgió, inicialmente en el norte de Inglaterra, a finales de los años 60, se mantuvo durante toda la siguiente década, y llegó incluso a los primeros 80. Su principal característica es el sonido Soul negro, con ritmo pronunciado —esos bajos rimbombantes que te vuelan el corazón y la cabeza—, y tempo alto que caracterizaba a mediados de los 60 al sello de Detroit, Motown. Pero la corriente, evitaba relacionarse con el éxito masivo y todo lo relacionado con el de la discográfica —pujante en aquellos años—; se buscaba artistas poco conocidos que editaban singles, de escasa tirada, en pequeños sellos o compañías discográficas (Okeh, Shout, Ric Tic, etc.); cuanto más oscuro y raro era el tema, mejor. La oscuridad significaba popularidad.
Uno de los primigenios clubes que empezaron a desarrollar el estilo fue el Twisted Wheel de Manchester, donde también se inició la práctica del cover up, para después de su cierre —por los motivos funestos que os cito al comienzo—, trasladarse al Golden Torch de Stoke-on-Trent, el Blackpool Meca o el templo por excelencia del estilo, Wigan Casino.
La denominación de la corriente musical como tal surgió en la tienda Soul City, de Covent Garden, en Londres. Su propietario, Dave Godin, comenzó a utilizar el término en 1968, cuando notaba que los hinchas de los equipos de fútbol del norte del país, buscaban en la tienda, discos que no figuraban en las listas negras americanas, sino, como ya os decía, singles raros de Soul editados en sellos pequeños. A sus empleados les indicó que catalogaran toda aquella música como Northern Soul.
En junio de 1970, se utilizó públicamente, por primera vez, en la columna semanal que Godin tenía en la revista, Blues & Soul.
Pues, básicamente, esto es el Northern Soul. Ahora le toca el turno el “encubrimiento”.
El cover up o práctica de “tapar” es un hábito que comenzó con los DJ jamaicanos en la década de los 50. Tras organizar, en gran medida, fiestas callejeras en las calles de Kingston, con pilas de altavoces —lo que más tarde se denominó como Soundsystem—, para el pueblo que buscaba escuchar los últimos lanzamientos de R&B estadounidenses, pasaron a organizar sesiones en clubes en los que se cobraba entrada, se ofrecía comida y bebida y pinchaban música que editaban en sus propios sellos, es decir, se convirtió en un negocio. Para ganarse el favor de la gente, y evitar pagar a otra compañía por poner su disco, elegían un single, y le tapaban la etiqueta con un adhesivo o papel e incluso le cambiaban el nombre de la canción y el intérprete; con ellos, se ganaban la exclusividad del tema que pinchaban. También el tamaño de las columnas de sonido fue en aumento, formando torres de bafles que llegaban hasta casi los cuatro metros. Pioneros fueron los legendarios Duke Reid y Sir Coxsone.
Más tarde cuando muchos de aquellos jamaicanos emigraron a Inglaterra, la práctica se instaló en los DJ británicos para encontrar, tiempo después, su lugar en los clubes del norte del país.
Como ya os hablaba al comienzo, en la escena Northern era esencial el sonido, y no cualquier sonido; para que una canción fue denominada o identificada como Northern Soul, debía “cumplir” dos requisitos: primero, el ritmo manifiesto que invitaba a bailar; segundo, tenía que ser raro. Los DJ buscaban y siempre estaban alerta ante cualquier melodía que ellos consideraran como rara: un fracaso de un tema en EEUU, podía significar el éxito en Reino Unido; un pequeño sello local que funcionaba a nivel regional, podía ser más importante que el último sencillo lanzado por Motown.
Por este motivo, todo descubrimiento musical que siguiera las directrices del estilo, era un verdadero tesoro para el pinchadiscos que lo tuviera. Fue entonces, cuando la práctica del cover up comenzó a formar parte de la subcultura “norteña” al darle a dicha joya una identidad falsa, cortando su etiqueta o reemplazándola con otra de otro disco más fácil de localizar o también etiquetarlo como un artista diferente. Un ejemplo: el sencillo de Marvin Gaye de 1965, ‘This Love Starved Heart of Mine (It’s Killing Me)’ —no me canso de decirlo, para mí, la mejor canción Soul de la historia—, no se publicó durante años y solo apareció de manera “pirata” a finales de la década de los 70; el nombre de Gaye, no aparecía por ninguna parte, se la atribuía en algunas ocasiones a JJ Barness; en otras se conocía simplemente como ‘It’s Killing Me’. Un perfecto caso de cover up. El original acumuló polvo en las estanterías de la Motown hasta aproximadamente 1994 en que salió a la venta en single en Tamla Motown.
MARVIN GAYE
LOVE STARVED HEART (TAMLA)
Esta argucia, tenía como finalidad por un lado, alejar de un DJ rival la reproducción de una canción y, por otro, mantenerlo alejado de los buscadores que podían calcar el single e inundar el mercado con copias de ese “tesoro”. Otros ejemplos legendarios son los sencillos de Vickie Baines, convertida en Christine Cooper, Billy Watkins en HB Barnum o el famoso, ‘Can’ Help Loving You’ de Paul Anka, atribudo a Johnny Caswell. Por cierto, si algún día encontráis alguna copia de dichos singles —eso sí, a buen precio porque he visto alguno por 1000 libras—, y lo compráis, me lo decís y os daré personalmente la enhorabuena por semejante hallazgo.
Otro de los encubrimientos de mayor duración fue ‘Just You and I’ (The Del Larks) que era en realidad ‘We Can Make It’ (Melo Souls,) que continuó siendo un misterio desde 1986 hasta 1998 aproximadamente. Y uno bastante curioso: el celéberrimo, ‘Do I Love You’ de Frank Wilson, estaba catalogado en un principio a Eddie Foster.
Mello Souls
We Can Make It
Con los años, esta manera de “catalogar” los singles se hizo más asidua en todo club Northern que quisiera destacar, especialmente en los años en que permaneció abierto el Golden Torch y, sobre todo, en el Wigan, donde cada DJ tenía su propia maleta con discos secretos o cover up.
Poco después del cierre del Wigan, un club recogió el testigo, el Top Of The World, en Newport Road, Stafford, en el año 1982. Cuatro años más tarde, tras el cierre del local, la práctica del cover up se perdió aunque se recuperó en cierta medida en los noventa.
Si os interesa este tema, queda bastante bien reflejado en la fabulosa película, dirigida por Ellen Constantine en 2014, Northern Soul. Ambientada en el condado de Lancashire en 1972, una de las principales tramas del film es la búsqueda de los dos jóvenes protagonistas, John y Matt, de un cover up pinchado por un DJ del Wigan Casino, Ray Henderson. La verdad es que se puede palpar ese sentimiento y emoción por la búsqueda de esa cover up, que les sirva para ser reconocidos dentro de su anodina existencia. Si no la conocéis os animo de verdad a encontrarla —es bastante fácil su localización en redes y plataformas de compra—, porque merece, mucho, mucho la pena; hace relativamente poco, la revisé ya por quinta vez, y seguro que no será la última. En su fantástica banda sonora, figuran clásicos indiscutibles del género como ‘The Night’ (Frankie Valli & The Four Seasons), ‘Right Track’ (Billy Butler), ‘Soul Time’ (Shirley Ellis), ‘This Love Starved Heart of Mine’ (Marvin Gaye) —gracias a la película descubrí este monumento sonoro del que os he hablado al comienzo—, ‘Suspicion’(The Originals) y varios más, en total 27 himnos; su adquisición es imprescindible si queréis tener un resumen del género. Por cierto, el tema encubierto es el explosivo, ‘Stick by Me, Baby’, de The Salvadors.