Desde que hace aproximadamente un año, entré a formar parte de la comunidad de Ovejas Negrax (gracias siempre, Julio Gómez, por proporcionarme esta oportunidad), mi inquietud musical y cultural, lógicamente, se vio ampliada con el descubrimiento de géneros que conocía de pasada (Reggae o Ska) y otros de los que, lo confieso, no tenía gran conocimiento (Rocksteady, Skinhead Reggae, Lovers Rock); también he podido profundizar en la cultura e historia de todo ello: desde el nacimiento del Reggae en el enciclopédico “Bass Culture” (una vez más agradecido a Julio por recomendármelo) a todo lo que significa el movimiento skin con dos libros capitales como son “Skinhead Reggae 1968-1972” y el imprescindible, “Skinheads. Historia global de un estilo”, escrito por el erudito, Carles Viñas.
Por otro lado, también he descubierto tiendas como la mítica Liquidator de la zona del Rastro madrileño (ya la había visitado en su origen a finales de los noventa en Malasaña), paraíso para los amantes del Reggae y otros géneros negroides así como importantísimo sello discográfico que propaga la música jamaicana desde su nacimiento; y también, en la cercana Lavapiés, Sweet and Dandy, fabuloso y coqueto local para comprar ropa de orientación Mod y Skin. Bueno, voy a lo que interesa hoy que creo que me estoy enrollando demasiado; en una de mis últimas visitas a la tienda de la calle Dos Hermanas (esa de las que os he hablado y que homenajea a una canción de The Harry J. All Stars), me quedé flipado con una camiseta que lucía en una de las paredes: “Derrick Morgan. Forward March!”, en esplendoroso color azul oscuro; no hace falta que os diga que pasó a formar parte de mi vestuario e inmediatamente después, en objeto de estudio y de adentrarme en su imprescindible legado. El protagonista de las líneas de hoy, por tanto, ya sabéis quién es…
Nace el 27 de marzo de 1940 en Clarendon Parish, una de las catorce parroquias que forman la organización territorial de Jamaica, la tercera con mayor extensión. La carrera musical de Morgan, se empieza a gestar a comienzos de los años cincuenta junto con el desarrollo de la música en la isla, el inicial R&B estadounidense es el camino a seguir. En 1957 participa en el legendario “Vere Johns Opportunity Hour”, un concurso de talentos impulsado por el periodista, empresario y locutor de radio, Joseph Vere Everette Jonhs, primordial en el lanzamiento de la carrera de artistas jamaicanos del calibre de John Holt, Desmond Dekker, The Wailers, Bob Andy, el maravilloso, Alton Ellis y, claro está, Derrick Morgan; estos certámenes comenzaron como espectáculos teatrales en el centro de Kingston, en teatros como Palace o The Majestic y los ganadores eran “sentenciados” por la reacción de la audiencia. Johns puede decirse que fue la figura más influyente, durante la segunda mitad de los cincuenta, en la música jamaicana; precisamente en el Palace, Derrick Morgan ganó uno de los eventos con una perfomance estremecedora de Little Richard que le valieron para ser reclutado en el prestigioso combo de comedia, Bim and Bam con los que actúa por toda la isla. Esta participación de Derrick Morgan en el concurso fue el primer paso de gigante en una carrera que, a partir de ese momento, pone rumbo a las estrellas.
Entra en nuestra historia, Duke Reid (llamado también “The Trojan” por los camiones de fabricación británica que usaba para transportar los equipos de sonido), responsable de uno de los sound system más populares de la década en Jamaica, Reid’s Sound System; comienza a producir grabaciones en estudios ajenos hasta que a finales de 1959, instala su propio estudio encima de la tienda de licores que regenta, y crea varios sellos discográficos, en uno de ellos, “Treasure Island”, debuta nuestro protagonista que entra en contacto con el productor al buscar éste talentos nuevos para lanzar sencillos que estrenar en su sound system y promocionar en la isla; además gran parte de sus ingresos le llegan de acuerdos de licencia de compañías británicas, alguna de las cuales, establecen sellos especializados en la música que produce Reid; en uno de ellos, “Blue Beat”, estrena Morgan su fabulosa creación, “Lover Boy”, acompañado de Duke Reid y su grupo, y en el reverso del sencillo, otra gema primigenia, escrita también por Derrick, “Oh My”, editado en 1960. Poco después, ve la luz, otra de sus grandes composiciones, el calypso-boogie (no sé si existirá este término, pero es lo que percibo al escucharlo), “Fat Man”, lanzado en otro sello jamaicano, “Smiths”, distribuido por Faith Records, que se convierte en un gran éxito. Al mismo tiempo, realiza grabaciones con otra leyenda de las producciones jamaicanas, Coxsone Dodd.
En esta mitad de la década de los sesenta, el número de hits que llegan a las listas es aplastante con una batería de himnos para la posteridad del calibre de “In my Heart” (Blue Beat, 1962), “Meekly Wait” (acompañado de Ivonne, Blue Beat, 1962), la gema del género, “Don’t you Know” (Wildbells, 1962. Rebautizada por un DJ local como “Housewife’s Choice), “Be Still” (Attack) “Don´t Call me Daddy” (Treasure Island, 1965), y la verdad, una lista no interminable, pero sí bastante extensa de triunfos; pero hablando de éxitos, su mayor hito en estos primeros años de 1960, es con la histórica canción, “Forward March”, publicada el 5 de agosto de 1962, justo un día antes de que Jamaica obtenga la independencia de Gran Bretaña, y que se convierte en la melodía que mejor representa ese sentimiento de emancipación entre los jamaicanos; grabada en los estudios, Federal Records, y producida por otro histórico, Leslie Kong, lanzada en el sello Berverley’s Records. Por cierto, “Housewife’s” inició una rivalidad entre Morgan y otro pedazo de historia de Jamaica, Prince Buster, quien acusó al primero de robarle las ideas para la composición de la canción. Contraatacó con el tema “Blackhead Chiney Man” que, en un principio, iba a haber grabado Morgan con la producción de Leslie Kong. La lucha no acaba aquí, sino que continua con una sucesión de temas con acusaciones o mensajes para cada uno de los dos; llega “Blazing Fire” (Beverley’s Records, 1963), en él, Morgan advierte a Buster “vive y deja que otros vivan, y tus días serán mucho más largos”, a lo que su contrincante respondie con el ácido, “Watch it Blackhead”, título claramente alusivo a Derrick Morgan, que vuelve a la carga con “No Raise, No Praise” (Island Records, 1963) y “You still Insist” (Beverley’s Records, 1963). El conflicto también llegó hasta enfrentamientos entre los fans de cada artista y cesó definitivamente cuando el Gobierno, viendo el cariz al que se había llegado, publicó una sesión de fotos en el escenario con los dos cantantes dándose la mano como si fuesen amigos.
A mediados del decenio, cuando el ska se convierte en rock steady, Morgan no pierde ni un gramo de su creatividad y continua lanzando joyas por las que le estaremos eternamente agradecidos: el rock steady rude boy “Tougher than Tough” (Beverley’s Record, 1967), sin duda una de las más bellas canciones de su carrera, la cuasi tonada pop, “Do the Beng Beng” (Pyramid, 1968), “Conquering Ruler” en 1968 o la magnífica revisión del tema de Ben E. King, “Seven Letters” (Crab, 1969), una verdadera delicia. Pero aun lo mejor estaba por llegar en este mismo año con el tótem adoptado como himno por los primigenios skinhead ingleses, “Moon Hop” (Crab, 1969), acompañado por The Rudies en las tareas vocales. Se me olvidaba destacar también el álbum, “Derrick Morgan & his Friends” (Island Records, 1968), un monumental recopilatorio de su producción en esos años (“Bad Luck on Me”, “Father William” o “Lagga Head”), junto a creaciones suyas interpretadas por Pauline Morgan & the Consomates, The Inventors, Pauline & the Lovelets o The Black Brothers. Enciclopédico disco que no puede faltar en vuestra discoteca.
La popularidad que estaba alcanzando el Reggae y toda la música que se hacía en Jamaica a finales de los sesenta, principios de los setenta, en Inglaterra, la aprovechó el sello británico, Trojan Records, para crear la subsidiaria, “Songbird”, para lanzar las producciones de Morgan; entre 1969 y 1973, setenta y cinco singles fueron publicados. Esta popularidad fue aprovechada, claro está, por nuestro protagonista que visita por segunda vez territorio inglés y que encuentra bastante cambiada la situación con respecto a su primera incursión: existe una locura con la música reggae (principalmente entre el público skinhead, blancos de clase trabajadora, antiguos amantes de música negra norteamericana que habían descubierto a Derrick y otros nombres de Jamaica cuando acudían a los suburbios a los bailes que organizaba la comunidad negra), y es considerado casi un ídolo por lo que aprovecha para dar conciertos y grabar con el legendario e histórico sello Pama Records (creado por los hermanos Palmer en 1967 y centrado originalmente en el Soul aunque pasó después a concentrarse en la música jamaicana), dos obras capitales como son “Derrick Morgan in London” y “Moonhop”.
En los siguientes años, aprovechando el crédito que le concede el público inglés, continua viviendo y grabando entre Londres y Kingston además de producir a artistas como Max Romeo y The Righteous Flames”. En 1975, decide cambiar de aires y pone rumbo a Canadá, donde reside durante cuatro años, pero sin dejar de grabar sus canciones, en esta ocasión con Federal Records. La búsqueda de un ambiente más cálido que lo aleja del frío canadiense le instala en Miami, donde reside hasta que vuelve a la isla madre.
Desde su retiro, no para de crear música para otros artistas con verdaderas joyas del estilo musical como “Jamaica Whoa” para Neville Martin en 1998, “Fi Wi Island a Boom”, en 2000 para Stanley Beckford o el fabuloso “Progress” para Devon Negro, dos años después. Justo en 2002, se celebra en Ontario, Canada, el festival , “Legends of Ska”, en el que durante dos noches se congrega la flor y nata de la música del Caribe: The Skatalites, mi querido, Derrick Harriott, Roy Wilson, Justin Hinds, Prince Buster, Lord Tanamo, nuestro hombre y una larga selección de alto voltaje. Podéis buscar en vuestro canal de vídeos favorito detalles de tan magno acontecimiento.
En la década de 2010, se retira de la música, debido a una enfermedad aunque regresa en 2016 para colaborar con Kirk Diamond en una aplastante revisión de su tema de 1960, “Conqueror”. También encabezó el “Supernova International Ska Festival” en Fredericksburg, Virginia, a finales de julio de 2017, pero su incipiente ceguera y deterioro físico dejaron una huella profunda entre todos los que pudieron asistir al evento.
Actualmente reside en la isla que le vio nacer en un estado que, la verdad, no hace presagiar nada agradable a pesar de que sigue actuando ciego y cojo, sentado en una banqueta, ofreciendo unos conciertos demoledores como el que pudo disfrutar el público colombiano en este año que ya nos va a abandonar.
Y hasta aquí mí sentido homenaje a uno de los artistas más grandes que ha dado la música jamaicana y por qué no decirlo, la música contemporánea mundial. Con cerca de doscientos sencillos lanzados en Reino Unido y más de doscientos cincuenta en Jamaica, que más se puede decir de él salvo…gracias por alegrar nuestra existencia, Derrick Morgan, siempre serás uno de los nuestros.