En 2016, el actual presidente de EEUU resucitó el eslogan “America First” como consigna electoral en referencia a la prohibición de entrada a inmigrantes y refugiados en el país. Lo que tal vez algunos desconozcan es que con dicho lema Donald Trump manifestaba su deseo de volver a una época en la que América simpatizaba con el fascismo, ya que antes de la Segunda Guerra Mundial muchos americanos compartían las ideas del movimiento America First, opuesto a la participación de Estados Unidos en la guerra contra la Alemania nazi y del que Charles Lindbergh, un pionero piloto de avión que realizó el primer vuelo transatlántico sin escalas en 1927, era un abanderado. La fascinación de Lindbergh por el Tercer Reich y sus pronunciamientos antisemitas calaron hondo entre la población y en el mundo político del país, representando ideas como la protección de los estadounidenses “reales” frente a la amenaza de los inmigrantes conocidos como “hyphenate Americans”, aquellos cuyo origen compartía una etnia diferente a la estadounidense.
Y es que tal y como promulga magistralmente Jason Stanley a lo largo de su obra Facha: Cómo Funciona el Fascismo y Cómo Ha Entrado en tu Vida editada por Blackie Books en el año 2019, asistimos a un renacimiento del nacionalismo de extrema derecha en Europa y muchos países del mundo desde la última década del siglo XX, lo cual motiva una amenaza de la estabilidad política de las democracias y el propio proceso de integración. Antes de continuar, nos gustaría resaltar que el libro no tiene fundamento político alguno, sino uno filosófico y científico, apreciación bastante relevante pues el autor deja patente en las páginas de cada capítulo que su finalidad no es atacar a determinados políticos o determinados partidos políticos desde una posición ideológica. En su ensayo, simplemente propone que los lectores dispongamos de un amplio conjunto de herramientas que destapan abierta y claramente los procesos por los que el fascismo sigue activo en pleno siglo XXI, siendo así un libro muy recomendable, esclarecedor y copioso en claves para descifrar las verdaderas intenciones de la política actual sin por ello ser una lectura sectaria. Dichos procedimientos abarcan el ensalzamiento de un pasado mítico para desplazar la verdad interpretando el presente como si el país estuviera conspirando, el anti intelectualismo de la sociedad y el fervor por solemnizar los mitos como si fueran hechos, la demagogia y propagación de fake news para despertar la duda y la sospecha generalizada o el victimismo como táctica de manipulación ante grupos oprimidos para intensificar el miedo que causan las amenazas a los roles tradicionalmente masculinos.
El prólogo de Facha está escrito por Isaac Rosa, quien adopta el rol de viajero del tiempo mientras nos contextualiza el contenido del libro aplicándolo a la realidad española: “En la España de 2019 estáis muy lejos de que os gobierne un Trump, o un Orbán. Estáis tan lejos como lo estaban los estadounidenses solo un par de años antes del ascenso huracanado de Trump; tan lejos como los húngaros poco antes de que su presidente reformarse la Constitución en un sentido ultraconservador, limitase la libertad de prensa, rechazase a los inmigrantes y legislase contra los trabajadores hasta su reciente «ley de esclavitud»”.
Stanley también se mueve en el tiempo para explorar distintas épocas en su vademécum. Mediante referencias y extractos admirablemente seleccionados, el filósofo va dando saltos entre la primera mitad del siglo XX y las primeras décadas del XXI con el propósito de instruirnos en lecciones que nos permitan resistir ante ese fascismo eterno del que Umberto Eco también nos puso al corriente, ya que el ascenso electoral e institucional del fascismo se levanta sobre uno estructural que nunca se ha ido, y aunque las comparaciones pueden resultar odiosas, nos atrevemos a decir que muy posiblemente, los fachas comparten alguna semejanza con las urracas comunes. Dichas aves son capaces de caminar arriba y abajo mientras miran con cautela a la espera de encontrar el momento propicio para coordinarse y expulsar a depredadores terrestres. Solo necesitan un momento propicio. Así, el fascismo aprovecha las etapas de crisis económicas y culturales donde el desencanto cíclico de votantes – no necesariamente fascistas militantes sino fascistas ocasionales – consigue que el fascismo llegue, extendiendo su discurso con menor resistencia. De ahí que os animemos encarecidamente a leer Facha para tomar consciencia plena de un propósito que debe seguir vivo y es más necesario que nunca: construir resistencia antifascista. Porque libertad y liberación son tareas que nunca acaban. Amén.