El tiempo es esa unidad de medida que, en ocasiones, se siente eterno mientras que otras, pareciera durar solo un instante fugaz. Determina los momentos que vivimos e independiente de lo que podamos pensar sobre su proporción, es una constante inmutable en nuestras vidas. De ahí que una llamativa fotografía de la comparsa de gigantes de Pamplona tomada en Nueva York en octubre de 1965 desfilando por la Quinta Avenida sirva como génesis para contar la historia del cómic que hoy proponemos comentar. Dicha imagen fue publicada en el periódico Egunkaria y contenía una interesante anotación a pie de foto, mencionando que las autoridades norteamericanas no permitieron que los gigantes negros formaran parte del desfile debido a la discriminación racial, pues su rol era representar a la Reina americana y al Rey americano durante el citado evento newyorquino:
“No hemos sido capaces de hacerlos bailar… Ahí quietos parece que estén muertos”.
Black is Beltza narra la historia de Manex Unanue, un mozo de origen vasco-francés encargado de portar a uno de los gigantes que decide permanecer en EE UU tras la citada prohibición, iniciando una travesía cámara en mano por distintos países del mundo para hacernos partícipes de algunos de los acontecimientos históricos que marcaron la agitada situación social del mundo a mediados de los años 60. Página a página iremos presenciando eventos de índole política tales como los disturbios raciales derivados de la muerte de Malcolm X, las alianzas entre los servicios secretos de la División de Inteligencia Cubana y los Black Panthers estadounidenses, los intereses existentes durante la Guerra Fría por parte de los espías de ambos bandos, el espíritu del Che en el Congo y su muerte en Bolivia o la independencia de Argelia. También reconoceremos hitos culturales como el estreno de la película mexicana Pedro Páramo dirigida por Carlos Velo o una mención a la obra El Llano en llamas de Juan Rulfo, mientras que en el apartado musical nos sumergiremos durante un capítulo en el predecesor de Woodstock, el multitudinario primer gran festival al aire libre de la historia denominado Monterey International Pop Festival celebrado en 1967.
Todos estos eventos tan heterogéneos tienen cabida en las páginas de un cómic que, a simple vista, puede resultar ingenuo pero que goza de tener un guion tan creativo como apasionante. Valiéndose del recurso elíptico temporal e intercalando los distintos hechos mediante el uso de diferentes tonalidades de color para diferenciar cada episodio, iremos recorriendo distintos destinos con Manex, sabiendo que los sucesos reales acaecidos en cada país sucedieron en la vida real, permitiendo, a la vez, adentrarnos de manera notable y eficaz en esta historia de ficción. Así, resultará particularmente agradable descubrir en algunas viñetas al rey del Soul Otis Redding, al padre del Funk James -aka Mr. Dynamite- Brown, Jimi Hendrix, Janis Joplin o la leyenda del boxeo y el antirracismo Muhammad Ali.
Si no bailas, estás muerto.
El cómic está guionizado conjuntamente por el cantante Fermín Muguruza y el escritor Harkaitz Cano, mientras que el dibujo corre a cargo del ilustrador argentino Jorge Alderete, conocido en el mundo musical por haber realizado ilustraciones para bandas como Los Fabulosos Cadillacs. Posteriormente, el proyecto creado a seis manos fue convertido en una exposición y una película. El tomo tiene varias relecturas, ya que bajo la apariencia de meras anécdotas se esconden algunos de los movimientos sociales globales de base revolucionaria. Meter las manos en el fango retratando en sugerentes bocadillos cómo cambió el mundo durante la segunda mitad del siglo XX, a la vez que recorremos diez ciudades del mundo, nos deja un relato tan rico en matices e interdisciplinario, que continúa estando de actualidad. Por eso, aseveramos que Black is Beltza es una historia de gigantes en muchos aspectos. Si no bailas, estás muerto.