– De la Utopía al caso madrileño –
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MARCO TEÓRICO.
La industria cultural de la radio desde las últimas décadas. Alternativas a los modelos hegemónicos.
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EL CASO ESPAÑOL.
La reconquista de las ondas tras la caída del Franquismo.
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LAS RADIOS LIBRES EN TERRITORIO MADRILEÑO.
Los ejemplos de Radio Ágora Sol y Radio ELA.
Entrevista a Julio Gómez (Radio ELA y Radio XATA)
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CONCLUSIONES.
La importancia de las Radios Libres en el desarrollo de la industria cultural de la Radio. Previsiones de futuro.
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BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA.
1. MARCO TEÓRICO. La industria cultural de la radio desde las últimas décadas. Alternativas a los modelos hegemónicos.
La radio, una de las industrias culturales por antonomasia y uno de los formatos comunicativos más longevos, ha sido considerado en ocasiones un medio de segundo grado, es decir, un ‘soporte’ sobre el cual se establecen contenidos ajenos. Se dice también que produce programaciones y no programas, como sí hacen otros canales hermanos como puede ser la televisión. Pero ¿por qué es la radio una industria cultural? Como tantas otras, no deja de ser un sector que, mediante la asalarización y la división del trabajo, genera una serie de oferta cultural consumible por la gran masa social. A parte de ello, también cuenta con aspectos negativos que dificultan la accesibilidad a este formato, como puede ser la concentración de emisoras y radiofrecuencias por grandes grupos de poder. El paso del tiempo ha hecho evolucionar a la radio de manera muy diversa, haciendo que esta industria cultural se vaya adaptando a las nuevas formas de transmisión y las tecnologías asociadas a ellas.
El medio radiofónico, desde sus inicios allá por principios del siglo XX, siempre tuvo ese espíritu de comunidad, de poner en contacto a personas alejadas en el mapa y favorecer la comunicación entre ellas. Por el contrario, también fue un sector que sucumbió rápidamente al oligopolio de los Estados y grandes esferas de poder que querían hacer de la radio su medio propagandístico mediante el cual exponer y sintetizar unas ideas y discursos hegemónicos, frenando así su carácter popular. Pero, como reza el principio de acción-reacción, toda pérdida de libertades -en este caso comunicativas- viene acompañada de un ansia por recuperarlas. Casi de forma paralela a la solidificación de las grandes radios que conocemos de siempre empiezan a configurarse algunas de las formas independientes de radiodifusión de las que hablaremos en este estudio. De entre esas alternativas, surge el concepto de radio libre que en origen se entendería como una emisora de radio independiente, marcada por un carácter no lucrativo y que se caracteriza por definir su programación y su gestión de manera colectiva y no vertical. Uno de los primeros ejemplos históricos que podríamos encontrar serían esas redes radiofónicas de la clase obrera alemana durante los años de la República de Consejos a finales de los años veinte en país germano.
Estas primeras intentonas se concretarían en la célebre Arbeiter Radio Bund Deutschlands (Club de Radio Obrera de Alemania), creada en 1924 con unas funciones marcadamente culturales y con vocación a favorecer el intercambio de información entre sus oyentes y colaboradores. Esto último es otro de los factores clave a la hora de acercarnos a los primeros conceptos de radio libre: emisoras libres del control o la promoción por parte de instituciones, empresas privadas o comerciales, o cualquier tipo de entidad pública. Sólo gente de a pie, sin organizaciones de por medio.
El ejemplo alemán sentó las bases de un tipo de radio popular que empezaría a extenderse durante las siguientes décadas por todo el Viejo Continente, especialmente en Europa Occidental y particularmente en Italia, que llegó a convertirse en el país con más radios libres en antena: en la primera mitad de los años setenta llegaron a contarse unas setecientas radios locales de las cuales muchas eran libres y, llegando al fin de la década, se habla de cerca de dos mil quinientas emisoras.
De todas ellas, destacan algunas como Radio Alice (Bolonia), la cual daría muchas claves a seguir por diversas radios europeas una vez entrada la década de los ochenta. Fuera de Italia podemos destacar Radio Patapoe en Grecia, Radio de Vrije Keyser en Holanda o la parisina Radio Libertaire. Europa se plagó de iniciativas como estas y, sin haberlo planeado, dio la vuelta a la industria radiofónica tirando por tierra las radios formulas o las emisoras con discursos y debates hegemónicos, dando lugar y voz a las luchas transversales, las preocupaciones sociales o los círculos de minorías y sus respectivos planteamientos. De igual forma, al otro lado del charco empezaron a coger el testigo, especialmente en América Latina con países como Brasil y México, destacando en este último la emisora KeHuelga, pieza fundamental en el movimiento estudiantil y las huelgas promovidas contra la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a finales de los años noventa, siendo su programación un espacio abierto a la reflexión acerca de estas reivindicaciones.
Aunque sea de manera sintética, podemos ver como este tipo de asociaciones contraculturales en las ondas radiofónicas tuvo una notable expansión por diversos países que supieron abrazar sus características y las posibilidades que ofrecían para generar poder popular en diferentes ámbitos. Como a toda tecnología, el cambio de siglo afectó también a la radio y a las emisoras libres en particular: el fenómeno Internet y la democratización de la información hicieron crecer a estas emisoras y generar infraestructuras más independientes y rígidas, así como poner al tanto de su existencia a más potenciales oyentes (y colaboradores) mediante foros, blogs o páginas de referencia en círculos asociados a estos movimientos.
Cabe destacar el papel de algunas de ellas, como la Free Radio Berkeley estadounidense que comenzaría a emitir en el año 1993 convirtiéndose en uno de los nichos de cultura alternativa más importantes de la zona y, a su vez, ejercía un papel didáctico dentro del movimiento, pues impartían cursos para crear tu propia micro-radio y tutoriales para incluso construir tus propias antenas de emisión, cableados o emisores de frecuencia.
La radio dejó de ser una industria perteneciente a unos pocos de manera progresiva. Cada vez eran más las comunidades que decidían tomar las ondas para exponer sus intereses o, al menos, diversificarlos. Proyectos sin intervención estatal ni privada, sin normas impuestas y sin contenidos pagados. Pero, teóricamente, ¿cómo podemos definir al completo una radio libre y diferenciarla del resto de formas de hacer radio? Haciendo memoria de lo que ya hemos dicho, y en un sentido amplio, decimos que una radio libre se caracteriza por su independencia natural, su carácter popular y sin ánimo de lucro, y su toma de decisiones (en cuanto a planteamiento y organización) de forma horizontal y asamblearia.
Ahora bien, en todo este proceso aparecen otras denominaciones como radio pirata, radios comunitarias o radios autogestionadas que pueden suponer una traba en cuanto a terminología y espíritu de las distintas alternativas de radio. Procedemos entonces a dar respuesta a estas diferenciaciones. Para ello, vamos a servirnos del Manifiesto de Villaverde de 1983 (del cual hablaremos más en profundidad viendo el tema que tratamos en relación al Estado Español en el siguiente apartado), el tratado que sienta a las características esenciales de lo que empezó a definirse como ‘radio libre’ en esos pioneros encuentros entre los diversos proyectos estatales bajo las siguientes premisas:
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Un carácter no profesional, entendiendo que la comunicación no debe ser un medio de lucro.
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Un funcionamiento autogestionario basado en la toma de decisiones de forma directa por todos aquellos que participan activamente en la vida de la radio.
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Las radios libres son autónomas, se constituyen al margen de todo grupo de presión político o económico que pueda alterar en su provecho el mensaje a difundir y, obviamente, rechazamos cualquier tipo de publicidad directa o indirecta.
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La radio libre es participativa. Está al servicio de la comunidad donde se integra, potenciando la unificación de los conceptos emisor/receptor.
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Las radios libres surgen como necesidad de llevar la comunicación al marco cotidiano y como lucha contra el monopolio y la centralización de la comunicación.
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Finalmente, las radios libres se definen a sí mismas como medios sin otro compromiso que el de difundir la realidad sin cortapisas, así como las distintas opiniones, haciéndolo por otro lado sin otra limitación que la que viene impuesta por su propio modelo asambleario de autogestión y su máximo órgano de coordinación, la asamblea. Las radios libres pretenden potenciar toda una práctica de comunicación basada en un enfrentamiento radical con todo tipo de relación social de dominación y, por tanto, las radios libres apuestan por una forma de vida alternativa al capitalismo actual.
Creemos -al abordar este fenómeno- muy válido este Manifiesto, puesto que recoge, una a una, las claves de las radios libres y nos ayudan a diferenciarlo del resto de radios. Por ejemplo, respecto a las radios comunitarias (las cuales empiezan a desarrollarse como tal inspiradas en este Manifiesto y a partir de la segunda mitad de los años ochenta) podemos establecer una diferencia notoria en la forma de organización y financiación. Mientras que una radio comunitaria, por lo general, está ligada a una organización privada (asociaciones vecinales, colectivos por causas sociales, asociaciones juveniles, de barrio…etc.) que dirigen los criterios y funcionamientos del proyecto, pueden tomar sus decisiones de manera asamblearia… o no, sustituyendo esa autogestión colectiva (la de las radios libres) por un modelo más vertical. Quizás esto se explique desde la falta de iniciativa cerrada por parte de las radios libres; estructura que sí trata de definirse más desde una radio comunitaria que, posiblemente, busque crecer y consolidarse. Además, en muchas ocasiones las radios comunitarias buscan financiación externa en concursos públicos o patrocinios locales (cuñas, publicity, etc., pero de forma parcial, no total), así como inversión de sus oyentes u organizaciones políticas/sociales. Por tanto, las radios comunitarias (aunque dependiendo del caso en concreto) suelen readaptar los principios asamblearios y financieros a su idea de proyecto como base, tomando distancia de esta forma respecto a las radios libres.
Por otra parte, la principal diferencia entre radios libres y radios piratas también podemos hallarla en su carácter económico. Mientras que las radios libres mantienen rígida su defensa de la autogestión, existen radios piratas con un marcado carácter comercial. Es decir, pueden existir radios piratas que ocupan el dial de forma ilegal pero, a su vez, incluyen anuncios comerciales pagados en su programación. Una diferencia que podemos encontrar, de nuevo, en la terminología, como expuso un integrante de Radio La Granja, una radio libre histórica zaragozana en una entrevista para El Periódico de Aragón:
“No somos una radio pirata. Somos alegales. Y no ganamos, sino que incluso perdemos dinero” (19 de marzo de 2005).
2. EL CASO ESPAÑOL. La reconquista de las ondas tras la caída del Franquismo.
Si atendemos a la cronología radiofónica en el Estado Español desde los años ochenta -por acortar un período y no extendernos en exceso-, podemos destacar el importante paso de la radio convencional a la radio fórmula. A ello se le suma la notable fragmentación cada vez más acuciada de las audiencias: más emisoras, más contenidos, más información, ergo… más intereses por parte de la gente. Durante este período empezarían a consolidarse las fuertes cadenas que siguen en pie a día de hoy, como SER, COPE u ONDA CERO. Además, entre los años 1983 y 1989 se produce otro proceso relevante en el mundo de la radio: la creación y proliferación de las radios autonómicas, con un carácter cultural y social que focaliza más su respectivo territorio. Allá por el final de la década de los ochenta se produce otro reparto significativo de unas 800 emisoras en Frecuencia Moderada (FM). La próxima década marcaría la proliferación y diversificación de todas estas emisoras con mayor o menor alcance y sería en 1998 cuando, dentro del proceso de digitalización al que se vio sometido el final del siglo XX, emergerían alrededor de 600 nuevas emisoras de FM. Un apagón analógico, el de la radio, que no llegaría a culminarle hasta el año 2012 a lo largo y ancho del Estado… y con complejas dificultades y un proceso lento.
“Dentro del total, 345 estaciones cuentan con emisiones nacionales, 504 transmiten a una región en concreto y 654 trabajan de forma local. Estas cifras suponen que la radio digital sigue creciendo en Europa, con un 23,7% más de estaciones radiodifusoras en un solo año. Pero eso no se ve reflejado en nuestro país.”
FUENTE: “La Radio FM ha muerto en toda Europa salvo en España. ¿Por qué no saltamos a digital?” Iago Peleteiro para El Confidencial (21/09/2019)
La digitalización del FM en España resume perfectamente lo rezagada que ha estado siempre esta industria respecto a, por ejemplo, otros modelos europeos. Un medio, la radio, en el que la fuerte presencia del sector privado y los grupos de poder han supuesto, por defecto, una homogeneización del sector. Ahora bien, ¿qué papel han desempeñado entonces las radios libres en las últimas décadas?
Hay diferentes versiones acerca de cuál fue la primera radio libre en emitir en el Estado Español, pero todo apunta a que la más fiable es la versión de que fue Radio Maduixa desde la localidad de Granollers en el año 1977, la cual sería seguida desde Barcelona por otras como Radio Pika u Ona Lliure un par de años más tarde, esta última duramente perseguida por la policía y clausurada hasta en dos ocasiones, una de ellas incluso retransmitida en directo.
A ese foco pionero en Cataluña, hemos de añadirle una gran actividad en Euskal Herria allá por finales de los setenta con algunas radios libres significativas como Osina Irratia (Orereta), Radio Paraíso (Iruña) o Satorra Irratia. Ambas zonas de actividad, el territorio catalán y el vasco, que harían multiplicarse el número de emisoras y proyectos allegados a medida que surgía más y más gente y colectivos interesados en comunicar sus preocupaciones gracias a estos medios alternativos tan eficaces. De esta forma, en junio de 1979 tendría lugar el primer encuentro de radios libres en Barcelona que, entre otras acciones, lograrían la aglomeración de todas estas emisoras bajo la Coordinadora de Radios de Cataluña. En este primer encuentro y mediante diversas charlas y debates, el camino a seguir para las radios libres se establecía bajo premisas como la libertad de emisión y sin cortapisas, la independencia respecto a sindicatos y partidos, el rechazo de los medios de masas convencionales y el sistema sociopolítico vigente, o el cambio en el lenguaje (como forma activa de cambio) y un método comunicativo más horizontal.
Con la llegada de la década de los ochenta, las emisoras no pararon de multiplicarse y heterogeneizarse, apareciendo algunas otras como Txomin Barullo (Bilbao), Radiocadena del Water (Madrid) o Radio Klara (Valencia) al hilo de estos postulados. Es entonces, en 1983, cuando se produciría ese Manifiesto de Villaverde (Madrid) los días 21 y 22 de Mayo que ya mencionábamos en el apartado anterior y que resumían las ideas fundamentales de este movimiento tras más de cinco años y que empezaba así: “En una sociedad cuya realidad está altamente centralizada e informatizada donde los medios pricados y públicos de comunicación son poder y están al servicio del poder. Las RADIOS LIBRES surgen ante la necesidad y el derecho de toda persona individual o colectiva a expresar libremente sus opiniones y criticar y ofrecer alternativas en todo aquello que le afecta directamente o indirectamente.”
Una vez consolidado el movimiento de las Radios Libres y definido su argumentario, el fenómeno no deja de crecer en los años ochenta y surgen algunas tan significativas como Radio Bronka en Barcelona, Zintzilik en Rentería, KRAS en Asturias, Radio Carcoma en Madrid o Onda Verde en Zaragoza. Es entonces, en 1987, cuando llegaría otro de los golpes a las radios libres: la Ley de Ordenación de las Telecomunicaciones (L.O.T.). Una ley, la 31/1987, que afectaba de lleno a las radios libres y obligó a su mayoría a cortar emisión bajo amenaza de multas inasumibles, justificado de la siguiente forma:
“3. La reserva del dominio público radioeléctrico en favor de una o varias personas o entidades distintas de las administraciones públicas se gravará con un canon destinado a la protección, ordenación, gestión y control del espectro radioeléctrico en los términos previstos en la disposición adicional novena.”
TÍTULO I. Disposiciones generales. Artículo 7.
En Madrid, Radio Carcoma sería la última en dejar de emitir. Encontramos casos tan surrealistas como el desalojo y requisamiento de Radio Pica por parte de los Mossos, envíados por la Generalitat con motivo, según decían, de las interferencias que provocaban en el aeropuerto, algo que se demostró como falso en el juicio posterior.
Lejos de rendirse, las radios libres continúan desarrollando actividad y no se dejan doblegar. Ya entrados en la década de los años noventa surgen otras emisoras como Contrabanda en Barcelona o Radio Topo en Zaragoza, la cual sigue emitiendo 27 años después de su creación en 1993. Un ejemplo curioso fue el de Tas-Tas Irratica, la cual se funda con gente que provenía de diversos proyectos de radios libres y deciden unir fuerzas en esta nueva emisora y otorgarle un carácter más profesional y alternativo.
El Estado (y sus herramientas de poder) contempla como su primera intentona de frenar el movimiento de las radios libres es sorteado e ignorado por emisoras de todos los rincones del mapa. Es entonces cuando endurece la persecución, consiguiendo que entre los años 1990 y 1996 la mayoría de ellas tengan que cerrar por dos motivos: el castigo económico por parte de la Administración (en algunos casos incluso aplicándoles la Ley Antiterrorista) y el descontento y agotamiento generalizado de los movimientos sociales con los que tienen vinculación. Entrado el siglo XXI, el PSOE pone sobre la mesa de nuevo este asunto un 17 de Noviembre de 2004: “el Gobierno tiene intención de establecer las condiciones técnicas que posibiliten las radios asociativas, comunitarias, culturales y educativas.”. Unas afirmaciones que distarían mucho de la realidad posterior, en la cual numerosas radios libres siguen esperando sus licencias o han optado por esa ‘alegalidad’ a la que hacíamos referencia. Por cuestión de ajuste a la extensión del trabajo, cerramos aquí este recorrido sintético por los acontecimientos clave en la historia particular del movimiento de las radios libres en nuestro Estado. Tres décadas muy intensas de luces y sombras con un único objetivo: comunicar libre e independientemente.
3. LAS RADIOS LIBRES EN TERRITORIO MADRILEÑO. Los ejemplos de Radio Ágora Sol y Radio ELA.
Si bien es cierto que al hablar de radios libres en Madrid se hace mención habitual a la pionera Radio La Voz del Pobre, su tiempo en antena duraría escasos dos años (desde 1976 hasta 1978). Sería a partir de 1980, un tiempo después de los proyectos tempraneros catalanes y vascos, cuando empezarían a despegar Radio Keka, Radio-Ola o Radio Manzanares. Estas primeras intentonas, aún con emisiones regulares, suponían en muchas ocasiones formas de probar el equipo, tanto técnico como humano; simulaciones de emisión en la frecuencia que iban a escoger… todo ello en un proceso de transición social, cultural y política en un Estado centralista como el Español, ¿supuso el bloqueo de los flujos de información de dicha época entre zonas de conflicto (como, en este caso, el País Vasco y Cataluña) y el resto de la Península un escollo en ‘seguir el ejemplo’ en materia de radios alternativas, concretamente las radios libres?
Fue precisamente la llegada de un nuevo signo político, el PSOE en 1982, uno de los factores que hizo creer de nuevo en ese poder popular de la industria radiofónica en Madrid.
Los barrios, municipios y zonas tanto periféricas como centrales de la Comunidad madrileña empezaron a gestar sus propias emisoras libres como red de comunicación e identidad propia. De tal forma, nacieron bajo estas premisas:
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Radio Cadena de Water en 1982
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Onda Verde Vallekana, Radio Luna, Radio Fhortaleza, Radio Rara (Getafe), Radio Piel Roja (Leganés), Onda Negra, Onda Sur (Villaverde) y Antena Vicálvaro en 1983.
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Radio Cero (espíritu Anti Otan), Radio Jabato (Coslada), Radio Tu, Radio Águilas (Aluche) y Radio Morata (Morata de Tajuña) en 1984.
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Radio Vallekas, Radio Elo (Orcasitas), Radio Fuga (Aranjuez) y Radio Ritmo (Getafe) en 1985.
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Radio Cigüeña (Rivas Vaciamadrid) en 1986.
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Onda Merlín (Villaverde) en 1987.
Habría que matizar, cierto es, que no todas estas radios se desarrollaron como radios libres, aunque naciesen como tal. Algunas de ellas, fueron instrumentos o contaron con el apoyo de formaciones tales como la Liga Comunista Revolucionaria o el propio PCE; o, simplemente, se gestaron gracias a una asociación vecinal. Pese a todo podemos ver como los distritos más poblados de la Comunidad contaban con una e incluso varias radios propias y zonas periféricas como Rivas o Getafe también podían presumir de ello. El poder colectivo que otorgaban estas iniciativas se ejemplificaba en torno a una programación cultural y social que abordaba temas y preocupaciones locales, daba oportunidades a gente joven y creaba lazos que reforzaban las dinámicas de comunidad.
Como bien comentábamos en puntos anteriores en los que veíamos cómo las diferentes leyes o acciones políticas a escala nacional afectaban al fenómeno de las radios libres, en el caso de Madrid supusieron unas particularidades que vamos a tratar de sintetizar en la siguiente tabla planteada de manera cronológica.
AÑO |
SUCESO |
CONSECUENCIAS |
1983 |
VI Encuentro Estatal de la Coordinadora de Radios Libres en Villaverde (21-22 de mayo) |
Manifiesto de Villaverde · Sienta las bases de las Radios Libres |
1984 |
VII Encuentro Estatal de la Coordinadora de Radios Libres en el Cuartel del Conde Duque (28 de abril) Conferencia Administrativa Regional de Telecomunicaciones de Ginebra de 1984 (7 de diciembre) |
Intenso debate interno · Primera fractura notable: unas radios acusan a otras de ser radios de partido (Radio Cero y Antena Vicálvaro) · Análisis del movimiento en la actualidad: presión gubernamental, carácter independiente de las radios libres, inclusión o no inclusión de materia publicitaria, profesionalización… Concesión al Estado Español de 2.014 nuevas frecuencias, ¿legalizarán y darán licencias las Radios Libres? |
1986 |
Referéndum de entrada de España en la OTAN |
Unión de las radios libres y participación activa en la campaña a favor del “no” junto al resto de movimientos sociales. · Entrada final en la OTAN y duro golpe al movimiento de las radios libres y al tejido social. |
1987 |
Publicación de la Ley de Ordenación de las Telecomunicaciones (L.O.T.)
(18 de diciembre) |
Las nuevas frecuencias otorgadas en Ginebra 1984 son entregadas a Radio Nacional Española, las radios autonómicas y en forma de concesiones a la SER (ya propiedad del Grupo Prisa). · Responsables de distintas Radios Libres se reúnen con los técnicos que redactan la LOT para que las reconozcan como ‘radios sociales’ y frenar de esta manera sus cierres…. pero no sirve de nada. |
1988 |
Nacimiento de la última radio libre en Madrid durante este período: Radio Carcoma desde el barrio de Canillejas
Encuentro Estatal de Radios Libres en Rivas Vaciamadrid |
Debate en base a la LOT y el cierre definitivo de las emisoras sin licencia bajo amenaza de altas multas e incluso pena de cárcel: no hay consenso general y las radios se presentan de forma individual o fusionándose, como la Federación Madrileña de Radios Libres (FERALICOMA) que unión a Radio Carcoma, Radio Cero, Onda Latina, Radio Javato y Radio Ritmo; que obtiene licencia. |
Este último caso, el de FERALICOMA, fue muy significativo como broche final en este recorrido por la década de los ochenta, tan fluctuosa y decisiva en el fenómeno de las radios libres en la Comunidad de Madrid.
Esta agrupación de siete radios madrileñas más una (Radio Utopía) que había estado bajo el seno de las Radios Comunitarias, consiguió de esta forma licencia legal para emitir en las ondas. Supuso un cambio en la manera de hacer las cosas: por primera vez, distintas formas de comunicar y plantear la radio se unían por una causa común y remaban a una para sacar adelante proyectos tan ambiciosos como una agencia de noticias alternativas, informativos en cadena, eventos unificados para apoyar causas o recaudar fondos, etc. Para ello, se acordó que se asignasen dos personas por emisora con tiempo y ganas disponibles para asumir responsabilidades, además de una contribución económica que rondaba las 33.000 pesetas mensuales.
Una vez conformado y definido el proyecto conjunto, se presentan al concurso de la administración con el objetivo de obtener la citada licencia. Con un desembolso inicial de cerca del millón de pesetas y la contratación de un profesional técnico que desarrollase la iniciativa, se consiguió la meta: la publicación de la L.O.T. trajo consigo una licencia legal… para emitir desde el pueblo de Chinchón, a unos 60 KM de Madrid, con una potencia de emisión de mil 1.000 w y en el 106,6 del FM. Las primeras emisiones datan de abril de 1992, con una persona contratada para lograr la emisión 24h que a duras penas se podía mantener cobrando su correspondiente sueldo mediante ingresos por publicidad… la contradicción era palpable: radios libres que se habían unido para terminarse convirtiendo en una radio comercial al uso a 60 km de sus hogares. A partir de este abrupto comienzo, la falta de medios y una serie de toma de decisiones precipitadas marcarían el principio del fin de las radios libres en Madrid. La presión gubernamental dio resultado, las emisoras que se mantuvieron perdieron soberanía, los problemas técnicos, financieros y humanos no cesaron de acumularse y acuerdos y promesas verbales como los de Javier Nadal (Director General de Telecomunicaciones desde 1985 hasta 1995) con Onda Verde o Radio Vallekas para la cesión de licencias siguen esperándose a día de hoy para hacerse efectivas. A pesar de todo ello, el paso de los años ha supuesto una reconversión total de los modelos de radio alternativos. La emisión en web, el formato Podcast y, en definitiva, todos los nuevos paradigmas que han surgido con la llegada de Internet y la digitalización de la radio han hecho transmutar todas esas iniciativas populares de comunicación alternativa y contracultural. Permitiéndonos el salto temporal, ¿qué hay de las radios libres en Madrid en pleno siglo veintiuno? ¿Cómo funcionan? ¿Queda camino por recorrer?
Por una parte, empezaremos nombrando a Radio Ágora Sol, la cual comienza a emitir a finales de mayo de 2011 bajo el contexto del 15M o la #SpanishRevolution que se materializó en las memorables acampadas en plena Puerta del Sol en Madrid. Una de las principales motivaciones fue, como radio independiente, dar voz a los debates y las protestas que justifican estas acciones, los cuales se estaban intentando manipular y tergiversar desde los medios de comunicación convencionales (sujetos al poder). Las primeras emisiones se logran en un frenesí de colaboraciones a la carrera entre redactores, técnicos, locutores, entrevistados y entrevistadas de las diferentes Comisiones y un largo etcétera que se sumó a la iniciativa. De forma gradual, los equipos de trabajo -humanos y técnicos- de cada programa se fueron perfilando y la radio cobró una identidad propia encauzada dentro del prisma abierto y plural que les definía.
Como decíamos, influenciada por las demandas sociales y políticas que generó el 15M, Radio Ágora Sol fue creciendo hasta convertirse en uno de los referentes radiofónicos alternativos de la capital. En otoño de ese mismo 2011 comenzaría a funcionar como emisora libre, asamblearia y autogestionada de forma directa por sus participantes mediante una cuota mensual. Un espacio donde se debate desde diferentes puntos de vista y cuestiones como los derechos humanos, las luchas transversales o la importancia del lenguaje constructivo están a la orden del día. Programación diversa, desde el foro puramente político o social hasta espacios musicales o en clave de humor. Un proyecto en antena desde el 26 de mayo de 2011 y que, a día de hoy, sigue activo en directo desde su página web (no en el FM) y mediante podcast en plataformas como iVoox o TuneIn.
El otro ejemplo del que hablaremos será Radio ELA (Emisora Libre Autogestionada), cuya primera emisión fue un 1º de Mayo del año 2008 y que hablan así de sus orígenes: “Venimos de la calle. De los movimientos sociales y políticos. De la contrainformación. Del amor al arte. De la contracultura. Del bar de la esquina. Del metro y del autobús. Del piso de abajo. O del de arriba. Incluso del de al lado.” Una de las radios libres más significativas de los últimos tiempos que estaría emitiendo en el 100.0 del FM de la zona central madrileña (además de en su página web www.radioela.org) hasta el pasado mes de enero de 2020. Del mismo modo que Ágora Sol, Radio ELA funciona de forma autogestionada (cuotas mensuales) y asamblearia, tomando decisiones de forma horizontal y teniendo en cuenta todas las opiniones. Una asamblea que se citaba cada quince días y la cual asignaba tareas de funcionamiento estructural como la tesorería, el factor técnico o la gestión de la página web. Como radio libre, no está abierta a subvenciones ni ingresos publicitarios, siendo sus gastos fijos (líneas telefónicas, material, local habitual…) los únicos sufragados por esas cuotas mensuales y ciertos eventos puntuales como conciertos, fiestas o jornadas en las que se recaudan fondos para mantener el proyecto a flote.
Una de las diferencias clave con Radio Ágora Sol -y el motivo de esta comparación entre una y otra- es la emisión en la FM madrileña. Así lo argumentan en su biografía: “Para Radio ELA una apuesta fundamental de nuestro proyecto es la emisión por FM. Lo hacemos sin licencia alguna en el 100FM, porque consideramos “okupar” las ondas una forma de denuncia del estado de los medios de comunicación y una apuesta política. Nos rodeamos de gentes que tienen cosas que decir: la gente de los movimientos sociales, de la contrainformación, de las okupaciones, del antifascismo, del feminismo, quien está hasta las narices de tanto abuso y recorte en los curros, de quien sabe que la paz no es precisamente lo que están defendiendo los ejércitos, quienes se oponen a los imperios, de quienes quieren quererse pero no necesariamente como dice la norma que debe ser (o sí), de quienes se aburren de escuchar siempre lo mismo, la gente para la que cultura no es sinónimo de industria cultural, la gente que se busca la vidilla ante tanta mierda que nos quieren hacer tragar… ¿de ti? Queremos ser la voz de los sin voz sin ser altavoz de ningún partido político y sindicato amarillo.”
Una apuesta más marcadamente política, la de Radio ELA, con un largo recorrido (12 años, nada menos) en pie de guerra por fomentar la libertad de expresión en las ondas radiofónicas. Para conocer más a fondo cómo fueron esos años y saber de primera mano en qué se basa el funcionamiento de una radio libre, contactamos con Julio Gómez, el cual tuvo contacto directo con Radio ELA, ¿cuándo fue? ¿cómo recuerdas esos años?
Si no recuerdo mal, fue sobre 2008 (aproximadamente) cuando empecé a hacer radio en Radio ELA. Paraba por allí de antes porque varios amigos hacían un programa llamado Latido de Libertad que estuvo en antena muchos años. Los iba a ver cuando ELA estaba en el CSO Malaya, no participaba en el programa, pero cuando podía les ayudaba a cargar algún trasto, sin más. Después del desalojo de Malaya, la radio fue a Lavapiés a la Calle La Fe compartiendo espacio con diferentes colectivos o junto al periódico Diagonal.
Fue allí cuando empecé a hacer radio de verdad. No solo hablo de locución, hablo de que allí pude ayudar a montar la radio en FM (colocación de antena e instalación de equipo). También pude realizar un curso impartido por la gente que llevaba más años, explicando conceptos básicos etc… En resumen, lo recuerdo como unos años bonitos, intensos y llenos de activismo comunicativo. Había una implicación de todas las personas que por entonces formaban parte de la radio.
En tu opinión, ¿qué posibilidades aporta una radio libre que no están permitidas o bien vistas en una radio comercial o institucional, por así decirlo? Ya sea en cuanto a contenidos, planteamientos, formas de organización interna…
Sin duda la principal característica de las Radios Libres, como su nombre indica, es la Libertad. A diferencia de Radios Comerciales o institucionales, las radios libres actúan libremente con sus contenidos o sus discursos. En las radios comerciales hay que cuidar el mensaje de un empresario, a veces vinculados a ciertos partidos políticos. O cuántas veces hemos escuchado “este medio es de este partido”, etc… Las Radios Libres son libres de expresarse sin esos compromisos, ya que al ser asamblearias y autogestionadas no dependen económicamente de terceras personas que buscan un interés a través de estos medios de comunicación. Por ejemplo, recuerdo que en asamblea se acordó que cada programa era independiente de poner la música que crea oportuna, pero en la continuidad de Radio ELA (cuando no hay programas) toda la música que sonase tenía que ser libre de SGAE para no favorecer a las empresas musicales o multinacionales. Otro ejemplo puede ser que todos los programas de la emisora, plug-ins, webs o sistemas informáticos eran libres. En muchos casos porque se buscaban alternativas a grandes empresas como: Windows, Google, Ivoox, Zara, etc. que son sistemas comunes en cualquier equipo.
Una de las particularidades de Radio ELA, en relación con el resto de radios libres más contemporáneas y, sobre todo, en comparación con su gemela en Madrid, Radio Ágora Sol, es la ocupación del FM, ¿cómo valoras tu esta acción?
Es algo lógico y necesario. En Madrid tenemos un gran número de Radios Comunitarias pero Libres eran dos: ELA y Ágora Sol Radio. Eran normal también que uniesen fuerzas. Es vital colaborar con gente afín. Una radio suele dar muchos quebraderos de cabeza y cuando no sabe uno otro lo puede saber, más aún cuando trabajas con estos equipos tan complejos de software libre, etc… Tal fue el hermanamiento entre las dos emisoras que cuando ELA cerró la emisión donó todo el equipo a Ágora Sol y éstos prometieron que se lo devolverán si vuelven a reorganizarse.
Sabemos además, Julio, que actualmente participas en Radio Xata, la radio comunitaria de Pinto, ¿qué diferencias estableces entre una radio libre como Radio ELA y una comunitaria como Radio Xata?
Si, actualmente estoy en Radio XATA, en mi pueblo de Pinto. Las radios libres y las comunitarias tienen varias similitudes como que no tienen publicidad, no están vinculadas con ningún partido o que son asamblearias. La gran diferencia es que las radios libres son autogestionadas (se financian con cuota de socios, gracias a la organización de conciertos o a personas que desinteresadamente donan algo de equipo) y las Radios Comunitarias, además de estos métodos, están registradas como asociaciones socioculturales y reciben subvenciones de sus distritos o Ayuntamientos, algo que les permite vivir de una manera más desahogada a diferencia de las radios libres.
El ejemplo más claro es que en ELA si necesitábamos comprar equipo. Al final era montar un concierto o pinchada de música, con el riesgo que conllevaba que saliera bien o mal. En cambio, cuando llegué a XATA y en la primera asamblea que participé pedí la compra de un tocadiscos para mi programa (ignorando yo el funcionamiento interno). Llevaba una propuesta para sacar dinero para el tocadiscos, pero imagínate mi cara de tonto cuando dijeron “no, mejor compraremos dos” y me explicaron “porque necesitarás otro para preparar mientras otro disco” y, de repente, la asamblea dice “aprobado”.
Las radios libres, ¿cómo ves su futuro? ¿siguen siendo necesarias para debates políticos, sociales o económicos no habituales, músicas alternativas o no comerciales y demás formas de arte contracultural, redes vecinales y sus preocupaciones, etc.?
Las Radios Libres y comunitarias tienen mucho futuro. Algunas llevan treinta años (o más) resistiendo. Además, son muy importantes para el tejido asociativo de una ciudad y la difusión de sus actividades, la contrainformación sacando a luz noticias que no vemos en noticieros o acercándonos a otros puntos de vistas. Al igual que como forma de contracultura: hay muchos artistas de diversos géneros (ya sea en cine, música, literatura, etc.) que son obviados y en estos medios suelen tener voz.
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4. CONCLUSIONES. La importancia de las Radios Libres en el desarrollo de la industria cultural de la Radio. Previsiones de futuro.
Al hilo de la entrevista a Julio Gómez, podemos empezar hablando de uno de los papeles más cruciales que han jugado los modelos de radios alternativas y, en especial, las radios libres: el tejido sociocultural y vecinal. Más que un centro de operaciones, los cuarteles de las radios libres fueron, son y serán un espacio en el que aprender, debatir, comunicar y socializar. Un punto de encuentro para las comunidades que se vieron tan lejanas de las radios institucionales o comerciales y sus respectivos contenidos, así como un altavoz para sus preocupaciones y reivindicaciones. Vimos cómo, en su primera etapa en nuestro país, fueron un canal trasmisor de las luchas ecologistas, feministas, antimilitaristas, de identidad sexual y de otros tantos movimientos como el obrero. Unas voces que tuvieron que buscar su sitio -y, en muchas ocasiones, siguen teniendo que buscarlo- lejos de lo establecido y lo encontraron en estas emisiones. Nuevas fórmulas como la horizontalidad, la autogestión de un proyecto, un lenguaje crítico o la okupación del espacio radiofónico como forma de contrapoder fueron claves en el desarrollo de estas iniciativas. Una pandemia comunicativa que se extendió a lo largo y ancho del Estado y que solo contó con ataques por parte de los diferentes estratos de poder, incluso a pesar de tender la mano al diálogo y a buscar una solución conjunta para su legalización en varias ocasiones. Las radios libres, a su vez, fueron los primeros pasos para bandas o artistas musicales, autores y autoras de literatura, poesía o diversas formas de escritura; y demás artistas contraculturales que no tuvieron la oportunidad en medios convencionales debido a su condición social o la visión crítica con la que expresaban su arte. Como dijo el poeta y dramaturgo alemán Bertolt Brech en su obra ‘Teorías de la Radio’ (1927-1932):
“Una persona que tiene algo que decir y no encuentra oyentes está en una mala situación, pero todavía están peor los oyentes que no encuentran quien tenga algo que decirles.”
Desde Ágora Sol Radio queremos agradeceros este artículo y el trabajazo de recopilación de información que habéis hecho sobre las radios libres.
También queremos puntualizar algo que se dice en el texto y no es cierto: cuando Radio ELA desapareció no se donó ningún equipo técnico a Ágora Sol Radio. Lo que si hubo fue la incorporación de tres programas de ELA en Ágora Sol Radio: La Contratertulia, En Franca Decadencia y Consultorio Radiofónico.
En relación al equipo técnico, varias personas de Radio ELA participaron en enero de 2020 en el programa 260 de Barrio Canino de Ágora Sol Radio, “Adios Radio ELA: fin a 11 años de emisiones libres y autogestionadas”. En este programa afirmaron que el equipo técnico de Radio ELA estaba depositado en el Ateneo de Villaverde, a la espera de que alguna otra radio lo pudiera aprovechar o de que Radio ELA se organizase para resurgir. Ojalá sea así!!
Ágora Sol Radio.
Gracias por la aclaración, un ex compañero de ELA fue lo que nos contó.
Ojalá ELA vuelva a encender los micrófonos, ya que aquí la tenemos mucho cariño, porque en su día también formamos partes de esa gran emisora.
Un abrazo!