1963-1971: Whitworth Street, 6, Manchester. Aquí se ubicó el Twisted Wheel, lugar donde se inició la escena Northern Soul británica. El local, era un almacén reconvertido, con una cafetería en la planta baja y una serie de habitaciones en el sótano. En ellas, se encontraba el escenario, la cabina del DJ en una jaula y la sala de baile principal. Ruedas de hierro —las “twisted wheels”—, que centellaban en las paredes de ladrillo, eran la decoración.
El sonido que imperaba en este garito, se alejaba del que predominaba en los demás clubes nocturnos del país (R&B, Soul, música popular moderna) ya que los DJ del Wheel, importaban grande cantidades de singles desde EEUU que eran incluso raros en el país de origen; muchos de ellos, se habían lanzado sólo a nivel local. También, como os contaba mi anterior artículo, aquí se desarrolló la práctica del cover up.
Además, por su recóndito escenario, pasaron figuras esenciales del calibre de Edwin Starr, Junior Walker, Marv Johnson o Mary Wells que incendiaban la pequeña tarima en gloriosas y sudorosas noches. Los sábados por la noche, las sesiones comenzaban a las 11 pm y terminaban a las 7:30 del día siguiente, las famosas sesiones all-nigther. Los jóvenes “souleros” de todo el país peregrinaban en coches, autocares o en auto-stop los fines de semanas para apretujarse y sudar entre sus paredes.
The Sharpees
Do the 45
El club cerró sus puertas a principios de 1971 por una ordenanza municipal dirigida a los locales de la ciudad, que les impedía continuar abiertos más de dos horas al día siguiente, y por los continuos problemas de consumo y tráfico de drogas, tanto dentro como fuera del Wheel.
1973-1981: Station Road, Wigan. 23 de septiembre de 1973, es la madrugada del domingo y las puertas de un gran salón de baile —anteriormente, conocido como The Empress—, se abren, y centenares de jóvenes entran por un estrecho tramo de escaleras —esta escena se retrata perfectamente en el film, Northern Soul, al que regresaré un poco más tarde—, que conduce a la pista; dentro, suena, ‘Put your Arms around Me’ de The Sherrys. Bienvenidos al futuro templo del Northern Soul, el Wigan Casino.
The Sherrys
Put your arms around me
El gerente del local, Mike Walker, consiguió que un DJ local, en esa primera noche, sin saberlo, pasaría a la historia; ese hombre era, el fabuloso, Russ Winstanley que, junto con Ian Fishwick y Kev Roberts, dotaron al Casino de una gloria que aun perdura en la memoria de muchísima gente. Tiempo después, también engrosaría la plantilla, el también legendario, Richard Searling, quien descubrió una de las joyas por excelencia del Northerhn, ‘Tainted Love’, de Gloria Jones.
Wistanley tenía una impresionante discoteca de singles de importación estadounidenses, la mayoría de ellos, piezas incunables. Su estilo de mezclar rarezas de mediados de los 60 con clásicos y stompers, fueron la seña de identidad del Wigan. En relación a estos singles oscuros, tengo que recordar a otro nombre importante, Simon Soussan, un franco marroquí , contrabandista, de Los Angeles con gran olfato musical, para conseguir híper raras piezas de oscuros sellos estadounidenses, con las que alimentaba la cabina del Wigan; en esos primeros años, muchas de las piezas pinchadas provenían de él, entre ellas: ‘Without Sunshine’ de Sandra Phililips, el eterno, ‘I Gotta Find Me Somebody’ a cargo de The Vel-Vets o Dean Courtney y su “Siempre Te Necesitaré”.
The vel-vets
I Got To Find Me Somebody
Dean Courtney
I’ll Always Need You
En relación a Soussan, hay una anécdota, de esas que siempre me gusta rebuscar, que cuenta que tomó “prestada” una de las dos copias originales que existían de ‘Do I Love You’, del clásico, Frank Wilson, al directivo de la Motown, Tom de Pierro, en 1977. Al año siguiente se imprimieron 2000 copias piratas en In Records, bajo el nombre de Eddie Foster —sí, un auténtico cover up—. Simon siempre declaró que compró el single de manera legal, sea como fuere, el disco pasó a formar parte de las noches del Casino, en 1978.
Pero sigamos con la historia inicial, sin adelantar acontecimientos…
Tras el Twisted Wheel, el Catacombs de Wolverhampton, Chateau Impney en Droitwich, Va Va’s en Bolton, Golden Torch de Stoke-on-Trent —todos cerrados en mayor o menor medida por las mismas causas—, los young soulers, tenían ya un sitio al que dirigirse los fines de semana. Y ese local, ya sabéis cuál era…
Así que semana tras semana, la pista del local, comenzó a ser un referente, tanto en el desarrollo del estilo musical y de baile, como en la música que se pinchaba allí y que se transmitía, esencialmente por el boca a boca, por todo el país. Si eras souler, tenías que ir a Wigan. Pero eso sí, se tenía que enfrentar a otro mítico venue, en el mismo condado de Lancashire, Blackpool Mecca, comandado por Colin Curtis y el gurú, Ian Levine aunque por aquellas fechas, estaban introduciendo otros ritmos en las pinchadas que los alejaban de las sesiones del Casino y les acercaban a la inminente disco music. También se diferenciaban en que en el Mecca, no había all-nighters y esto por aquel entonces era motivo más que suficiente para cambiar de rumbo.
Esta supuesta rivalidad entre los dos enclaves musicales era patente en algunos aspectos como que los habituales del Mecca se burlaban del icónico look de pantalones holgados y anchos que tenían los bailarines del Wigan; pero, por otra parte, se organizaban innumerables desplazamientos hacia Casino, cuando terminaban las sesiones en Blackpool —2 de la madrugada—. La verdad es que el sentimiento de fraternidad siempre estuvo presente entre los seguidores del Northen Soul; la mayoría de ellos era hijos de la clase trabajadora, sin ideas políticas, ni afán de revolución. Su vestimenta era principalmente, pantalones de pata de elefante, camisetas sin mangas y zapatos para deslizarse por la pista, eso sí, con ayuda de polvos de talco; todo este vestuario, lo guardaban bolsas de deporte, en las que tampoco podían faltar un bolsa con anfetaminas para aguantar todo la noche bailando.
Los años fueron pasando y su leyenda, iba forjándose, semana tras semana. Su escenario acogió excitantes y arrasadores conciertos en directo de artistas como Edwin Starr y Jackie Wilson. Y os regalo otra anécdota al respecto: el mismísimo, James Brown, se presentó una noche en el local dispuesto a tocar, pero su excesivo caché y su aire demasiado funky, que desentonaba totalmente con el espíritu que allí reinaba, hicieron que Winstanley rechazara amablemente su “invitación”.
El Casino tenía ya su señal de identidad, su estilo propio, estaba en el lugar y momento correcto. Eran los años de su esplendor (1975-1978), que hicieron que su eco llegase a todas las partes del mundo de tal manera que, supuestamente, la revista Billboard la declaró como “la mejor discoteca del mundo”, por delante del mítico Studio 54 neoyorquino; pero no se lo digáis a nadie, no hay evidencias de que este premio fuero otorgado o entregado.
En 1977, el director de documentales musicales, Tony Palmer, viajó hasta la ciudad para intentar averiguar que impulsaba a los jóvenes para recorrer cientos de kilómetros hasta un local en el que bailaban hasta que amanecía. El resultado final, This England, causó gran revuelo tanto en la comunidad local —se retrataba la decadencia de un antiguo foco textil y minero—, como en los jóvenes que descubrieron una nueva vía de escape (el Northern Soul) y un lugar para ello (Wigan Casino). Por supuesto, el visionado del metraje es asignatura obligada.
El club, disponía de una segunda sala, Mr M’s, en la que se pinchaban oldies como los que se habían programado en el Wheel o el Torch, del estilo de ‘I Can’t Scape From You’ de Ritchie Adams o The Incredibles y su archiconocido, ‘There’s Nothing Else To Say’.
The Incredibles
There’s Nothing Else To Say
Todos estos registros se podían conseguir fácilmente e iban dirigidos a un público menos die-hard que el de la pista principal y abierto a otros sonidos; de esta manera, se consiguió otro signo que lo distinguía de los demás clubes: aunar al fanático soulie en busca de rarezas junto con el joven de la calle que solo quería escuchar los clásicos. En definitiva, un golpe maestro, que como decía, aumentó su reputación.
Pero a principios de los 80, el ayuntamiento, dueño del edificio, quería recuperar el local para otros fines, la escena Northern había llegado a su punto máximo —aunque todavía se seguían haciendo descubrimientos musicales—, y la llama del Casino, se iba extinguiendo.
Por cierto, en estos últimos años de “reinado”, no puedo obviar a los llamados three before eight, tres temas con los que acababan siempre las sesiones de los sábados: ‘Long After Tonight Is Over’ de Jimmy Radcliffe, le seguía Tobi Legend y su emotivo, ‘Time Will Pass You By’, y cerraba la noche, bueno mejor el día, ya que estaban cerca las ocho de la mañana, el eterno, ‘I’m On My Way’, del también clásico —y tristemente fallecido el año pasado—, el gran, Dean Parrish. La idea de dar por cerrada el all-nighter de los sábados con estas tres canciones, fue del DJ, Dave Evison aunque su compañero, Martin Ellys, dejaba siempre para el final a Parrish.
Jimmy Radcliffe
Long After Tonight Is All Over
Tobi Legend
Time Will Pass You By
Dean Parrish
I’m On My Way
Y ya, acercándome peligrosamente a la conclusión de este recuerdo, una anécdota que nos lleva al último año del Wigan, 1981; el 16 de mayo, se celebró la velada número 500 y, según cálculos de la época, habían cruzado sus puertas desde aquella lejana noche de 1973, más de un millón de personas.
Todo viaje tiene su final, el del Wigan Casino, llegó el sábado 6 de diciembre de 1981. El encargado de dar por terminada la fabulosa aventura fue, como no, Russ Wistanley, que tuvo que pinchar tres veces consecutivas a los 3 before eight ante la insistencia y locura generalizada que reinaba esa noche. Pero hubo regalo, dado que nadie quería dejar la pista, eligió un tema al azar para, definitivamente, encender las luces, esa canción era, ‘Do I Love You (Indeed I Do)’ de Frank Wilson que desde ese momento, se convirtió en una de las canciones “norteñas” más famosas de todos los tiempos.
Frank Wilson
Do I Love You
Unos meses después del cierre, en un extraño accidente, el Casino se incendió y quedó arrasado hasta los cimientos. Triste final para el Templo del Northern Soul.
Aparte del documental que ya os he comentado, This England, dos filmes, en mayor o menor medida, captan la esencia del mítico lugar. El primero, por supuesto, Northern Soul, dirigido en 2014 por Elaine Constantine. Unas de las inmediatas metas de la pareja protagonista, John y Matt, es poder cruzar las puertas del Wigan Casino; lo hacen junto al descarriado y macarra, Sean. Y ese momento, sin duda, uno de los highlight de la película, se convierte en apoteósico: las colas en la entrada, todos apretujados y mascando chicle —esa práctica habitual en casi todos los soulers para mitigar o camuflar el nerviosismo causado por la ingesta de anfetas—; el intercambio de singles en los puestos improvisados en los pasillos del local; la emoción de entrar en la pista y sentir el suelo vibrar; como si fuera un emocionante viaje al pasado. Otro momento estelar es el baile colectivo, al son de las palmas, con el legendario —y una de mis temas “norteño” de cabecera—, ‘Crying Over You’ de Duke Browner. La verdad, pone los pelos de punta.
Lógicamente, las escenas no se pudieron rodar en el auténtico y se buscó un perfecto sustituto que, claramente, daba el pego: King George’s Hall en Blackburn.
En SoulBoy (Shimmy Marcus, 2010), film de nivel mucho más bajo que el anterior, pero con bastante encanto, los protagonistas también visitan el club; pero las imágenes que retratan los bailes, se toman directamente —imagino que con su permiso correspondiente—, de This England. El resultado es un poco patético, pero como curiosidad, recomiendo su visionado. Por cierto, su banda sonora, es impresionante.
Y para acabar la “sesión de hoy” y si tenéis ganas de profundizar en la leyenda del Casino, os recomiendo unos libros de mi biblioteca, indispensables para entender todo lo que significó el mítico local para toda una generación:
–SOUL SURVIVORS, The Wigan Casino Story. Russ Winstanley.
–CASINO. Dave Shaw.
–NIGHTSHIFT. Peter McKenna’s.
–MOONLIGHT, MUSIC AND YOU, Wigan Casino Pushing Through the Doors. Lester Gallagher.
Una lectura de este calibre sin banda sonora no estaría completa así que también os aconsejo estos álbumes de mi discoteca:
-WIGAN CASINO SOUL CLUB, The Original Sound of Northern Soul, Porpcorn and R&B.
-WIGAN CASINO SOUL CLUB, Station Road, Wigan 1973-81.
-WIGAN CASINO 40 NORTHERN SOUL.
-BIG IN WIGAN, 20 Northern Mammoths: from the Wheel to Keele.
-THE NORTHERN SOUL STORY VOL 4: WIGAN CASINO.